domingo, 23 de octubre de 2011

Que me pasa

Estoy a la mitad de mi vida, creo que a partir de ahora voy a disfrutar, me acabo de jubilar, los tres hijos que me quedan se han casado.
Empiezo a volver a sonreir después de muchos años añorando a mis hijos muertos, sintiéndome sola y abandonada, tengo una nieta que ha cumplido un año, lo es todo para mi, le he hecho un traje de fallera, es azul precioso, me acordaré toda mi vida de las fallas de 2002. Viene otra nieta, estoy encantada mi vida se empieza a llenar.
No se que me pasa, no me apetece coser, no se hacerlo, bueno, no importa estoy agotada, es normal.
No puede ser, estoy nerviosa, me desaparecen las cosas, yo creo que me entran a robar en mi casa, estoy segura. Lo hacen para volverme loca, lograré pillar al ladrón un día.
Mañana es navidad, vienen mis hijos a comer estoy muy contenta, voy a sacar mi cubertería de plata para ponerles una bonita mesa de Navidad, por fin volvemos a ser ocho en la mesa.
Es Navidad, que nervios ¿donde están los cubiertos que había preparado?, no están, lo he vuelto ha hacer, se me han perdido y mis hijos están a punto de venir, se van a dar cuenta de que se me olvidan las cosas.
Que me pasa, lo pierdo todo. Recapacitemos, donde he ido hoy, ..., he hecho la comida, he ido al contenedor y .... ¡he tirado la basura!, los he tirado todos los cubiertos! ¿qué he hecho?.
Menos mal que mis hijos me han tranquilizado, no pasa nada a todos nos pasa.
Estamos en primavera, que bonito, tengo a mi nieta Eva conmigo, está malita y me sigue a todas partes, me necesita y yo la necesito, es maravilloso.
Me voy a comprar que viene a comer mi hija. ¿y ahora? que me pasa, no me acuerdo del camino para volver a casa, se que está muy cerca pero no me acuerdo, estoy muy asustada, pero no me lo ha de notar nadie. Uf, lo conseguí, no vuelvo a comprar, ya comprarán por mi, ¡mejor! le diré a mi hija que me acompañe que me duelen las piernas y no tengo ganas de andar.
Estoy segura, tengo algo, no se que me pasa, pero noto que se me escapa la vida.
No me acuerdo de cocinar, me siento mal, menos mal que ha llegado mi hijo a tiempo, me he dejado el gas en marcha sin fuego, no quiero cocinar, estoy mayor, soy muy vieja.
No puedo contar lo que me pasa o no me dejarán a mi nieta mayor.
Ya es verano, mis hijas me han llevado al médico y no se porque, dicen que me ha dado un ataque y he empezado a pegar a una de ellas, han tenido que esconder a mi nieta en la guardería, tenían miedo de mi.
Que me pasa, no me acuerdo de casi nada, me cuesta recordar el nombre de mi nieta y se enfada conmigo, pobrecilla.
Me dicen que no he superado mi depresión, yo no me siento deprimida, es normal que esté triste, ¿qué querrán?, en tres años se me redujo el mundo de ocho de familia a cuatro, pero volvemos a ser ocho.
Los hecho de menos al resto, les gustaría mucho ver a todos.
Que me pasa, me cuesta nombrar a mis hijos. Me voy a golpear la cabeza contra un cristal y seguro que me pasa y me acuerdo de todo.
Me riñen mucho mis hijos y luego, aunque ellos no se dan cuenta, los oigo llorar a escondidas, me ocultan algo pero no se el que. Seguro que me quieren encerrar en un psiquiatrico para quedarse todo.
No me dejan vivir sola, dicen que hasta que no admita ir a un neuropsiquiatra no voy a poder.
Ya estoy yendo al médico, parece que me encuentro mejor, tenían razón, me han empezado a medicar y ya recuerdo los nombres, si que sabía cocinar.
Todos los días me hacen decir el día en el que vivo, creen que soy tonta, es septiembre de 2004, el día exacto no lo se.
Por las tardes me dejan estar sola, viene mi amiga y nos vamos a misa, tengo que rezar a ver si Dios me ayuda, seguro que he hecho algo mal y me está castigando.
Me llevan al médico una y otra vez, se me van olvidando las cosas, dicen que me dan convulsiones, yo creo que es tanta pastilla que me dan.
Dios mio, que me pasa, se me escapa la vida, se me olvida todo.
No puedo estar sola en ningún momento.
Me llevan de una casa a otra, no me se vestir, me suena la chica con la que estoy, no se, yo le sonreiré por si acaso. Tengo que ayudarle a preparar todo para cuando vengan los hombres del campo.
No conozco otra vez donde estoy. Ahora estoy con un hombre, me dice que es mi hijo, no creo, yo no tengo hijos, ni tan siquiera estoy casada. Pero hay algo raro, me dice que estamos en 2009, no me han enseñado todavía a sumar pero me suena muy raro.



2 comentarios:

¿Te gustó?