sábado, 11 de octubre de 2014

El olvido

Si un día me ves y no se tu nombre, incluso no reconozco tu rostro.

No te enfades, hubo un motivo para ello, antes de marchar piensa.

Puedo estar enferma y olvidar hasta lo que más quería
o he podido olvidar lo que más quería por enfermedad del alma.

Te puede parecer lo mismo, pero no lo es
En el primer caso mi mente con todos sus recuerdos se fueron para siempre y con ella la expresión de mi cara, déjame, no sufras ya no soy yo la que ahí está, tan solo es un cuerpo esperando su fin.

En el segundo, la carga de mi coraza que estuve forjando durante años de sufrimiento se oxidó,
que fui guardando en mi espalda seres queridos que marcharon
que fueron importantes
que el recuerdo de su marcha me atormenta sin cesar
que querer significa sufrir por quien quieres,
que quien quieres siempre marcha.
Piensa que no fue fácil para mi tomar esta decisión
Piensa que al ir a tomarla iba a renunciar a todo aquello por lo que vivía.
Puedes enfadarte porque creas que es tomar un camino fácil,
porque pienses que debía tomar las cosas de otra forma
que se puede vivir dejando marchar
que es lo lógico
Pero a la vez piensa, entrando ya en el declive de la vida
que queda menos por vivir que vivido,
que el sufrimiento acumulado, aunque con la coraza de acero forjado la sobrellevaba bien
el paso de los años
lágrimas derramadas en silencio para evitar sufrimiento a los que más quería
lágrimas calladas por no ser comprendidas
lágrimas saladas y amargas como gotas del mar
lágrimas nunca secadas por aspecto de fortaleza
cayeron todas en el interior de mi coraza y la pérdida del último ser
fue la que provocó la corrosión de esa fuerte coraza.
Esa última gota es la que me hizo tomar la decisión
No recordar a nadie,
olvidar a los que quería y volver a empezar
vaciar esa coraza
y tener el declive de la vida para volver a empezar sin carga en la espalda.
Parece fácil, pero no lo es cuando tienes el corazón repleto de amor
es una dura decisión.
Pero necesaria  para poder disfrutar de los que realmente me quieren.

Tú lo tienes muy fácil, tan solo deberás tomar una de las dos opciones que ninguna nos hará sufrir.

La primera, si no te importo, tomártelo como una ofensa, dar media vuelta e irte, no me importará, ni sufriré porque no recuerdo quien eres, que no te importe a ti el hacerlo.

La segunda, sientes cariño y no deseas perderme, recuérdame quien eres, ten paciencia conmigo, el cariño que te tengo sigue dentro de mi, pero oculto por un velo.
Eso si, si tomas esta opción piensa que todo no deseo recordarlo, que si te he olvidado es por el miedo a perderte, por el miedo a verte sufrir, no me recuerdes vida pasada, construyamos una nueva vida sin pasado, tan intensa o mejor que la pasada.
No te preocupe nada más, no sufras tú por mi, simplemente estemos ... mi espalda ya anda vacía y hasta que cargue 50 años más ya estoy contigo para siempre.
Ya sufrí yo por los dos.
Ya te di mi corazón y ahí seguirá aunque mi mente necesite olvidar parte de su existir.
Si te olvidé no es porque no te quisiese, o porque fueses parte de mi sufrimiento,
tan solo es que eras importante para mi y los miedos forjados hacia ti por otros sufrimientos debían desaparecer para poderte encontrar y darte lo que te mereces.

Te olvidé por una amnesia inducida y me encantará reencontrarte, si lo deseas, en mi nueva vida que aunque más corta tan intensa como la vivida