Soñé que era una suave brisa que bajaba de las montañas con grácil aroma a pino y flores silvestres,
soñé que te rodeaba, que te acariciaba toda la piel tan tenuemente que te hacía estremecer,
soñé que esa brisa llegaba a la orilla del acantilado y se fundía con la brisa marina generando un aroma especial inolvidable que grabado se quedó en nuestra memoria.
Al despertar todavía sentía esa sensación de fragilidad y poder de una brisa, de un aroma.
Te miraba como dormías y percibí que tú también soñabas en algo hermoso y especial.
Despertaste y me esbozaste una sonrisa plácida llena de ternura, indicándome que mi sueño era tu sueño que esa brisa mariana que se fundía eras tú que me besabas.
Y en ese momento mi sueño, nuestro sueño, se hizo realidad, nos fundimos en uno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Te gustó?